Creepypastas Salvadoreñas

El padre sin cabeza en Soyapango

Durante años, los vecinos cercanos a la vieja parroquia de Soyapango han contado historias. Pero la más espeluznante es la del "padre sin cabeza". Nadie sabe su nombre real, pero dicen que fue un sacerdote que murió durante una misa de medianoche, tras ser acusado de pactar con fuerzas oscuras.

Marcos, un joven vigilante nocturno, no creía en nada de eso. Su ruta lo obligaba a pasar cerca del templo abandonado. Una noche lluviosa, mientras chequeaba que la reja de la iglesia estuviera cerrada, vio a un hombre con sotana caminando hacia el altar. Lo seguía una tenue luz roja. “¡Eh, señor! ¡Está prohibido entrar!” gritó Marcos.

El hombre se detuvo. No giró del todo, pero al moverse, el capote cayó... y no había cabeza bajo la capucha. Sólo un vacío oscuro, del que salía un murmullo en latín antiguo. Marcos quedó helado. Trató de correr, pero sintió que sus piernas no respondían. La figura comenzó a flotar hacia él. Cada paso era acompañado por el eco de campanas invisibles.

Finalmente logró gritar y retroceder. Cayó en el charco frente a la puerta principal. Al mirar hacia la entrada de la iglesia, ya no había nadie. Sólo el crucifijo del altar que ahora colgaba invertido. Esa noche renunció al trabajo. Dicen que aún se le puede ver al "padre sin cabeza" rezando en voz baja a medianoche, maldiciendo a quienes no creen.

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